miércoles, 27 de abril de 2011

Escenario




A chorros de tinta me dreno la sangre en el puntero, 
me deshilacho como vestido de piel de saco, 
me reclino y me incorporo como mecedora en el portal de los sueños,
en las horas por transcurrir y por aquellas que se agolpan pastosas sobre el cuerpo, 
me deshojo como receptáculo de luz que impar se abre,
para dejarse ver como aire que circula. 

Como ruleta de números que marca tatuajes de sal, 
tatuajes de sol, 
marcas oscuras y agudas que perforan el telón 
y lo dejan caer a los pies del personaje.

La mascara pesada que soporta las memorias, 
los nombres de ellos y el propio, 
todo lo identificatorio, 
y las quejas, 
los dolores, 
las alegrías, 
los suspiros, 
las pasiones,
todo esto y mas pende como pesas amarradas con nudos, 
con hilos de nylon sobre las cejas, la boca, 
y la nariz, 
solo quedan libres los ojos, 
y vuelan como pájaros, abiertos, 
y vuelan aun mas rápido, cerrados.

lunes, 25 de abril de 2011

ADN


Desde mi micro-mundo poético:



El abrazo es estrecho vínculo de dos carnes, 
Sagrado puente al corazón,
Sinonimia de dos almas auguradas, 
Código físico que resguarda en su interior 
La trenza cósmica de luz divina 
Que hace a lo masculino y lo femenino
En lo completo transformar.







domingo, 24 de abril de 2011

Ventanas



El reloj marcaba las horas
sobre la pared de la habitación,
donde yo era un garabato
que pensaba en ti sobre la cama.

El teléfono un artefacto que hacia un sonido extraño
casi exiguo lánguidesiente,
TE AMO, TE AMO,
era como para colgar los ojos
y atarle los cordones al corazón,
para que no saliera jamás de entre las sabanas
la cordura que aun me delineaba amorfa y adimensional
sobre este lienzo irreal donde me deshice en pensarte.

Las horas no habían vuelto a ser
 tiempo pendiendo de agujetas,
eran historias sin contar,
oportunidades flojas,
zafadas de pies,
cabeza abajo,
la vida se había detenido toda y pasaba frente a mis ojos,
ciertamente como un submarino estático me siento,
mirando por mis circulares ojos el mar intrépido y bravo con prisa pasar.
Aquí amarrada al viento con ancla de tempestad!

La espera no era más espera,
era la advertencia colosal de un inicio transparente,
el sentido ya no era más el mismo,
todo muto,
y en todas direcciones la paz de pensarte inundaba,
ya no solo esta habitación y mi alma,
ahora se desbordaba por tus ventanas
las mismas por la que colee mi cuerpo esa tarde,
las mismas de la habitación donde el reloj sigue marcando horas
que ya no son más horas,
donde yo soy solo un garabato en el que piensas.


JENNET TINEO (NARANJITA VERDE)