domingo, 24 de abril de 2011

Ventanas



El reloj marcaba las horas
sobre la pared de la habitación,
donde yo era un garabato
que pensaba en ti sobre la cama.

El teléfono un artefacto que hacia un sonido extraño
casi exiguo lánguidesiente,
TE AMO, TE AMO,
era como para colgar los ojos
y atarle los cordones al corazón,
para que no saliera jamás de entre las sabanas
la cordura que aun me delineaba amorfa y adimensional
sobre este lienzo irreal donde me deshice en pensarte.

Las horas no habían vuelto a ser
 tiempo pendiendo de agujetas,
eran historias sin contar,
oportunidades flojas,
zafadas de pies,
cabeza abajo,
la vida se había detenido toda y pasaba frente a mis ojos,
ciertamente como un submarino estático me siento,
mirando por mis circulares ojos el mar intrépido y bravo con prisa pasar.
Aquí amarrada al viento con ancla de tempestad!

La espera no era más espera,
era la advertencia colosal de un inicio transparente,
el sentido ya no era más el mismo,
todo muto,
y en todas direcciones la paz de pensarte inundaba,
ya no solo esta habitación y mi alma,
ahora se desbordaba por tus ventanas
las mismas por la que colee mi cuerpo esa tarde,
las mismas de la habitación donde el reloj sigue marcando horas
que ya no son más horas,
donde yo soy solo un garabato en el que piensas.


JENNET TINEO (NARANJITA VERDE)

No hay comentarios:

Publicar un comentario